CLAVER NARRO CULQUE
CANTO A MI POESIA
mi aureola poética ha destellado... tu imagen
He visto tu sonrisa, tú música entre libros y papeles
ha taladrado mis oídos
carcomiéndome las entrañas tu sonido,
que es como la fuerza constante que me cuida,
que me vigila en mis horas perseguidas.
llevándose mi vida, Tú estás conmigo.
Abrasarte quiero, pero te acercas, me tocas y me dices
Chino, crees en la justicia? ¿crees en la justicia? Me dices.
Y tu pregunta hace volar códigos, normas y leyes..
porque para nadie es un secreto que
en este mundo de cemento y armas sofisticadas,
de coimas y violaciones,
hay que tener mucho dinero
para lograr que la justicia nos ampare,
La justicia, se escapa de las manos toscas del pobre.
que como la Venus de Milo se mostraba desnuda a los hombres,
HOY la justicia, descubierta sus ojos
con la mirada al vacío.. al punto omega del acontecer cósmico
deja que el rico, deja que el poderoso,
deja que el mafioso, en contubernio con sus amigos
con uñas y con monedas, despoje
hasta de su nombre al oprimido,
al que nació de pié y con partera
con un pañal roto del vestido de su madre
y lo manda al gozne del tiempo,
lo manda al gozne del frío y del hambre,
ante la mirada indiferente de los hombres.
no es el ángel que sostiene al pobre
para que no se caiga al pie de la tierra..
de violaciones, de mafias, de asesinatos, de corrupción,
los que no tenemos dinero, solo podemos
resistir, resistir y resistir
con ríos de lágrimas y amor que no tiene el poderoso.
compañera de mis horas de lucha,
compañera de mis días sin explosivos, ni balas. Te amo!!
y amo también a nuestros hijos
y benditos sean ellos
Si no permiten que los delincuentes políticos
Corten la semilla del progreso de nuestro pueblo.
Alguna vez te dije en el campo
cuando la lluvia alcanzó a caer en nuestros ojos
que una piedra es una piedra
Pero un hombre es ineluctable
Y un hombre cuando se realiza y tiene un ideal
y lucha por instaurar la justicia,
prefiere que las balas de la represión
le saquen astillas de las piernas
antes de traicionarse a sí mismo.
Ese hombre, nunca muere
porque el eco multiplica su voz
El guerrillero era hombre,
Y cuando les hablaba a los explotados,
Sus ojos, su piel, se llenaban de grandeza
como la inmensidad de los ríos y montañas,
y la claridad opaca del amanecer neblinoso
descendía en una luz tenaz de réplica contra el enemigo.
MARITA
Alguna vez te dije, musitando en tus oídos
Que un día de octubre con luz amarilla
fue aprehendido y torturado
como un criminal..
Él era un hombre para América Latina
lo abatieron en Bolivia, donde los pájaros
y los árboles que sabían bastante de él
siguen cantándole su himno de revolución.
Y su voz nunca se apagará
aunque los explotadores
pongan las más pesadas nubes sobre su tumba.
En el aire seguirán hirviendo briznas de oro
Porque él dijo:
¡Serénese, apunte bien. Va a matar usted a un hombre!!!
GROTESCA
TUBERCULOSIS
Cuando la noche
ha caído por completo
el obrero camina a su morada
con la imagen del capataz en la retina.
En sus ojos de un verde acerado
hay ansiedad de llegar pronto a su rincón,
para narrarle a su compañera,
que mientras ellos se descascaran como las
paredes viejas
trabajando de siete a siete por un mísero salario
que no alcanza ni para comprar sueños,
el burgués en su residencia
se revuelve en su lecho enloquecido de
felicidad,
con su maja que lo tiene todo.
El obrero quiere llegar pronto a su casa,
cuyos rincones duermen las sombras
del hambre y la desocupación,
para narrarle a su compañera,
con la voz lejana de quién resucita un viejo
dolor,
que ayer cuando caía la tarde
fue al hospital para curarse de la TBC
que cada vez acibara su vejez
que cada vez desmenuza su ser.
Quiere llegar pronto a su casa,
mirando al cielo de luto
para narrarle a su compañera
que por culpa del patrón que no le paga lo justo
hoy él es como el aliento de los desgraciados
enterrados vivos en el quiste de ladrillo y
hierro
Para decirle a su compañera que la TBC
le hace sentir el azúcar dulce en los labios
pero amargo en los ojos
porque atrás del negro palmar del arroyo
están las metralletas del ejército ramplón,
al acecho para defender a los vampiros del
pueblo.
Para decirle a su compañera que juntos,
espantando al miedo, derrotarán al enemigo.
Y DESPERTE..
Sombras de sollozos reprimidos,
estaban arañando el cielo seco y ardiente.
Yo con mi sonrisa de hueso,
daba pasos trémulos por la pradera.
-huía con mi pelo de herrumbre-
del pensamiento sanguinario
de Pinochet, de Banzer y Geisel.
Até mi sueño con una cinta roja
y el cielo azul extendía
su cóncavo dosel sobre la tierra.
Yo con mi poesía en la mano,
que con el paroxismo del dolor
por el hambre y la miseria,
se convertía en fusil.
Seguí mi camino. ¿Y saben?
me encontré con la muerte y me dijo,
que la ley no es siempre la justicia,
que por eso él tenía ya los ojos
apeñuscados con los años,
allá en la contracción diáfana
e insondable,
en el espacio infinito
donde van los hombres
que luchan porque la tierra,
el agua, el aire y los medios de producción
sean del pueblo.
Desperté y me encontré
con un niño blanco y rollizo
con sus párpados de rosa finos
y transparentes
que me pedía un pan por favor.
Pero yo, era como una sombra
que volvía de la muerte.
Sombra por fuera y por dentro.
pero resuelto a seguir luchando,
y seguir muriendo
con la sinfonía de balas,
en la soledad augusta
de mi tierra brava ¡Chimbote!
donde el blando arrullo del oleaje,
de su enjuta playa
siempre susurrará al oído de mi amor,
mi poesía rebelde.
MI PUEBLO
Yo nací en un pueblito
¡En la rocosa cordillera…en Buldibuyo!!!
Ahí donde los caballos
del potrero aburridor salen a la libertad,
bajo el cielo azul.
Donde el camino de tierra colorada
corta el pasto helado
con precisión admirable.
Donde el viento, muy frio
cristaliza aún más la claridad de
la mañana de oro.
Yo nací en ¡!Buldibuyo!!
Con la mañana encendida de sol,
mis hermanos chacareros y campesinos
quemados por la escarcha,
recibiéronme con música de arpa,
instrumento que canta las penas de nuestra raza
y que canta sus esperanzas de libertad.
Y vine a este mundo para ser libre.
Y no encadenado por los eslabones invisibles
de la esclavitud moderna,
Sombra malhadada e infame
que corroe el alma del pueblo.
Hoy muchos de mis hermanos
habitan los cerros,
viven en la pobreza
con esteras, con hambre y de frío.
Ahí están los míos,
Taciturnos, sentados en la arena.
Ellos quieren ser libres
y lo lograrán porque
romperán las
cadenas de la explotación
y volverán
a mi hermosa cordillera,
a ser felices y sentirse orgullosos
con sus plantaciones de maíz y papas
sembrando rosales
cosechando rosas.
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