Antonio Silva García
Antonio Silva García (Chancay 1942) gran
decimista peruano. Ha publicado sus décimas en variadas revistas de la capital y
reproducidas en libros en Chile y Ecuador. Es integrante de la Agrupación de
Decimistas del Perú; del Taller de la Controversia y Saboreando la Décima en
Lima.. Es Presidente de la Asociación de Poetas y Escritores de Chancay, miembro
honorario del Gremio de Escritores del Perú, participa con la “Casa del Poeta” y
con “Todas las Sangres” en eventos nacionales e internacionales. Es miembro del
Movimiento Cultura Literario Nokanchi Kanchu. Fue homenajeado en la Casa de la
Literatura Peruana y reconocido por el Ministerio de Cultura como Persona Digna
de la Cultura. La Municipalidad Metropolitana de Lima le rindió homenaje y le entregó Medalla de Honor.
ENREDOS
FAMILIARES
Tengo
un hijo que no es mi hijo
Pero
lleva mi apellido,
Diez
años he padecido
Por
saber el acertijo.
Cuando
yo era pescador
Y
en mi barco navegaba
En
cada puerto que anclaba
Encontraba
un nuevo amor.
Era
como un picaflor
Muy
lleno de regocijo,
De
ese tiempo no me afijo
Tuve
muchas aventuras
Por
culpa de estas locuras
Tengo
un hijo que no es mi hijo.
Les
cuento que me case,
Mejor
dicho me casaron,
Y
que un niño me arrumaron
Al
que quise y adoré.
Más,
grande sorpresa fue
Cuando
justo allí en mi nido
Después
de haberle reñido
Me
ha confesado la madre
Que
del niño no soy padre
Pero
lleva mi apellido.
Me
dijo que con mi hermano
También
tuvo relación,
Y
no perdió la ocasión
Con
zutano y con mengano.
Con
un tono toledano
Después
dijo haber metido
Y
que lanzo su gemido
Por
estar llena de ira.
Por
culpa de esta mentira
Diez
años he padecido.
Con
este acto circense
Se
acabó la pantomima,
Ya
destruyo mi autoestima
No
espere que la dispense.
Aunque
de rodillas piense
Jurarme
ante un crucifijo,
Un
ADN le exijo
En
busca de la verdad.
Sigo
con la terquedad
Por
saber el acertijo.
DÉCIMA
¡Mi azúcar no está lejos!
¡Músicas de Chincha, digan
al Maestro Antonio Silva,
aquí hay oro y sentimiento!
Hoy tarde en cálido viento
escuché voces de Bartola
y Nicomedes, voces salerosas
palpitando como su Perú.
Oh, viento de mares y Landó
troca penas en baile, mis horas.
La Navidad sería completa
si a morenos de Historia,
con humanidad en la moda,
amaría sus almas, no telas.
Por tener negra galleta
en mi país, como ninguno,
a pobres negros, con insultos
y palos, lo blanquean como topos.
Y, si pasean de terno negro,
creen ver ... ¡Lima, en Castro Castro!
Sin embargo, hay hermanos
que honrados y artistas
Sudan filmando películas.
Como Anicama en "El Niño
poeta pintando noches de Pisco".
Aquí, hombre que trabaja
triunfa, como cholos con fuerza
abriendo élites de peso.
Un modo de dar ejemplo
a Presidentes que ya revientan.
¡Maestro! Sin oro tener
va primero en lista del año
con sus décimas de mago.
Su secreto de eléctrico tren
muchos jueces quieren saber.
Lo miran dormir en Chincha
y amanece tomando chicha
en Chancay. ¡Qué buena fiesta!
Esos jueces por tal receta
rompen mano cada día.
Ud., parece cantante de rock,
come gallinas a la inglesa
donde guitarras lo llevan.
Su mesa, lo demuestra mejor.
Con buen diente, a todo sol,
muerde en Chincha y despierta
en Chancay. Por eso, los poetas
lo saludan como chamán,
como yatiri, y ... ¡en el altar!
las musas pelean ... ¡por su presa!
¡Vaya! Lima es plata en jardín.
Hay agua y centenarias vacas.
Por eso, siembro en mi Huaca,
dextrosa, libros y ají.
¡Maestro! ¡En Año Nuevo venid!
Venid con aires de Chincha.
Navidad ha venido con gringas.
Año Nuevo vendrá con morenas.
¿Y, Bajada de Reyes ... ya cerca?
¡Será, décimas, cuyes, ... en Lucía!
¡Músicas de Chincha, digan
al Maestro Antonio Silva,
aquí hay oro y sentimiento!
Hoy tarde en cálido viento
escuché voces de Bartola
y Nicomedes, voces salerosas
palpitando como su Perú.
Oh, viento de mares y Landó
troca penas en baile, mis horas.
La Navidad sería completa
si a morenos de Historia,
con humanidad en la moda,
amaría sus almas, no telas.
Por tener negra galleta
en mi país, como ninguno,
a pobres negros, con insultos
y palos, lo blanquean como topos.
Y, si pasean de terno negro,
creen ver ... ¡Lima, en Castro Castro!
Sin embargo, hay hermanos
que honrados y artistas
Sudan filmando películas.
Como Anicama en "El Niño
poeta pintando noches de Pisco".
Aquí, hombre que trabaja
triunfa, como cholos con fuerza
abriendo élites de peso.
Un modo de dar ejemplo
a Presidentes que ya revientan.
¡Maestro! Sin oro tener
va primero en lista del año
con sus décimas de mago.
Su secreto de eléctrico tren
muchos jueces quieren saber.
Lo miran dormir en Chincha
y amanece tomando chicha
en Chancay. ¡Qué buena fiesta!
Esos jueces por tal receta
rompen mano cada día.
Ud., parece cantante de rock,
come gallinas a la inglesa
donde guitarras lo llevan.
Su mesa, lo demuestra mejor.
Con buen diente, a todo sol,
muerde en Chincha y despierta
en Chancay. Por eso, los poetas
lo saludan como chamán,
como yatiri, y ... ¡en el altar!
las musas pelean ... ¡por su presa!
¡Vaya! Lima es plata en jardín.
Hay agua y centenarias vacas.
Por eso, siembro en mi Huaca,
dextrosa, libros y ají.
¡Maestro! ¡En Año Nuevo venid!
Venid con aires de Chincha.
Navidad ha venido con gringas.
Año Nuevo vendrá con morenas.
¿Y, Bajada de Reyes ... ya cerca?
¡Será, décimas, cuyes, ... en Lucía!
ENRIEDOS
FAMILIARES II
Tengo
un hijo que no es mi hijo
Pero
lleva mi apellido,
Treinta
años he padecido
Por
saber el acertijo.
Todo
lo cura el amor
Y
sana cualquier herida,
Quien
no ha pasado su vida
Sin
sentir un sin sabor.
Aunque
nos causa dolor
Así
es la vida carijo
Tu
verso sirve de alijo,
Muchos
casos más se ven,
Te
contaré que también
Tengo
un hijo que no es mi hijo.
Yo
también te contaré,
Que
allá en la maternidad
Por
una casualidad
Me
cambiaron él bebe.
Y
por mas que investigue
Tú,
aquí en mi hogar has crecido
Es
mucho tu parecido
Todo
lo mío lo tienes,
No
cargaras con mis genes
Pero
llevas mi apellido.
Sin embargo el verdadero
Ha
de ser ya todo un hombre,
Quiero aun darle mi nombre
Y
decirle que lo quiero.
Sé
bien que no soy el primero
Que
al cielo lanza un quejido,
Que me perdones te pido
No
hagas caso a mi locura.
Por
dar con la criatura,
Treinta
años he padecido
¿Qué
hubo oh! no una confusión,
Oh!
lo cambiaron adrede?
Ojala
alguno de ustedes
Me
dé una aclaración.
Si
hubo o no suplantación
Por
ti, cual fiera me erijo,
Tú,
serás siempre mi hijo
Así
pasen diez mil años
Y
padezcan los extraños
Por
saber el acertijo.
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