MÁXIMO AUGUSTO EGÚSQUIZA CUEVA

 


MÁXIMO AUGUSTO EGÚSQUIZA CUEVA

 El Poeta del Dolor y la Muerte. Nació en la Provincia de Pomabamba y radica en la Ciudad de Piscobamba –Mariscal Luzuriaga por más de 40 años, junto a su alma para que no muera solo, a pesar de estar de pie encima de su propio ataúd.

Es egresado de la Universidad Nacional de la CANTUTA. Publicó su primer poemario “Nostalgias del alma”, luego su libro narrativo “Más allá del silencio”, después vendría “Pomabamba: entre pintaybatas y trinitarias”.

 

  

AGUAYTÍA

 

Al gran maestro Andrés García, el abuelo de siempre.

 AGUAYTÍA:

 

Eres hija de la naturaleza,

llena de sonidos y encantos.

Donde Aguaytía asoma su imagen

de selva verde, azul dorado,

en el crepúsculo soñoliento y

risueño en las mañanitas.

 

En esta vegetación misteriosa

desaparece el amor platónico

y surge la magia bendita del

regazo en el corazón enamorado.

 

AGUAYTÍA:

Amalgama de viejos árboles,

sin sombra, que pervive el poeta

de un alma amante y de lírica

belleza y, autóctona de grácil

soledad con generosa acogida,

de papaya y cecina tu alimento

vital y late el espíritu

fiel, con sello inconfundible

y habitual de la selva.

 

Al escuchar el golpe de la

lluvia que llega desde la

cordillera azul, mojando más

el velo de la novia…viento

en el pecho y mi corazón palpita

despacio y se detiene, brotando

el sentimiento más hondo de mi

alma que camina de árbol en

árbol, de gota en gota

y, se queda como una adivinanza

floral de la naturaleza.

 

AGUAYTÍA:

La bella durmiente inquieta

en su lecho nupcial, disfruta

de su pubertad entre pétalos

de flores mirando al cielo,

que arroja gotas de lluvia,

bañando su cuerpo de mujer

inmaculada y duerme entre

nubes púrpura efímera que

se desvanece de celos,

cuando de entre sus manos

surgen llamas de fuego

dibujando la figura retórica

de un guacamayo que lleva

entre sus alas la imagen de

una aguaytina.

 

AGUAYTIA:

El santo patrón San Martin

de Porras en sus manos lleva.

 

AGUAYTIA:

Cuando fermenta la gracia de

tu sonrisa en el garbo inmaduro

y frágil, el gredal de llanto

escondido, ilumina cada leda

magistral y vida de tu

hermosura por siempre.

Te dejo mi ilusión esta noche

como un nuevo árbol aquí y,

estas mis lágrimas que se espuman

para germinar como una semilla

de luz que brillara por siempre,

en tu místico suelo y, al alejarme de ti,

siento que una parte 

de mi vida se queda contigo,

jugando con mi muerte.

 AGUAYTIA:

 

 

 

 

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